¿Eres casto y puro cuando de chela se trata? Aquí te damos algunos consejos

La chela es la bebida perfecta para cualquier momento. Con amigos, en familia, en pareja y, por qué no, también de soldado. Pero si realmente quieres conocer más de esta bebida, permítenos darte algunos consejos, para que te sumerjas en el emocionante mundo de la cheve y aprendas a degustar la chelita como todo un experto.

Muy parecido a la repostería

Como para hacer un pastel, necesitamos a fuerza agua, malta, lúpulo y levadura. Éstos son los cuatro elementos para hacer una chela, mismos que pueden variar en cuanto a sus características y cantidad, pero que sin ellos no se podría hacer nuestra querida Graciela.

El árbol genealógico de las cheves

“Lager” y “Ale”, dos familias de las que se desprenden muchos estilos, que pueden ser de todos colores, aromas y sabores. Por ejemplo, las Stout, Porter y las Pale Ale son de la familia de las Ale, mientras que las Pilsner, Dunkel o Bock son de la familia de las Lager.

¡Por favor, no las tomes en vasitos rojos de plástico!

Además de que la contaminación no es chida, cuando sirves la cerveza en un vaso de vidrio, el dióxido de carbono se desprende y con ello se volatilizan sus compuestos que contribuyen a apreciar mejor el olor y sabor de la cerveza.

Una chela bien muerta no aplica en todos los casos

Cada estilo se debe tomar a diferentes temperaturas, y a pesar de lo que se cree comúnmente, las cheves no se deben chupar heladas, ya que el frío de éstas puede atrofiar nuestras papilas gustativas y algunas características de la cerveza se pueden perder.